El jefe de la sección de Economía de los Servicios Informativos de la Cadena SER asumió la presentación del segundo tramo del "Hoy por Hoy" este verano
Hay cantera
Sigo manteniendo que el verano es un extraordinario laboratorio para aportar luz, aparte de I+D+i en radio. El período estival se convierte en un banco de pruebas de voces, de profesionales, de secciones, de contenidos en general. A menudo, muchos de ellos prosperan, y en otras ocasiones, no tanto, se echan directamente a la basura por su escaso interés y resultados. Como uno de los ejemplos más significativos -y espectaculares- de los últimos años, hay que citar “Nadie sabe nada”, que nació como programa de verano, ¿a modo de relleno?, con Andreu Buenafuente y Berto Romero, en lo que fue una propuesta estival de El Terrat, la productora de Buenafuente, un tipo que ha construido a su alrededor una de las mejores factorías del humor en el escenario audiovisual español, y que nació profesionalmente en la radio, muy jovencito, en Radio Reus de la Cadena SER, junto a otro buen tipo como él, llamado Carles Francino.
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Javier Ruiz, este verano, de plena actividad, al frente del segundo tramo del "Hoy por Hoy", retratado por los bomberos de Las Palmas de Gran Canaria (Imagen Twitter) |
Como el éxito no se confirma (tal vez se presume) estoy seguro de que Buenafuente y Berto entendieron aquel programa como una oportunidad para sembrar. En definitiva, como una pieza de I+D+i que citaba antes. Y hoy es uno de los programas más descargados de radio en España, y muy solicitado también en el extranjero de habla hispana. Se consume más en video (Youtube) que en radio, pero en esencia, sigue siendo radio.
El trabajo de Javier Ruiz este verano nunca ha tenido, en tono, tanta continuidad con el tramo informativo. No ocurrió así ni con Gemma Nierga, ni con Toni Garrido, que tuvieron que diferenciarse claramente. Ruiz seguía en la misma línea de Aimar Bretos, potenciando la actualidad
Como “Nadie sabe nada”, han nacido otros programas, secciones, presentadores que han continuado, y otros que pasaron sin pena ni gloria o sin posibilidad de encontrar un hueco, pero el verano siempre deja una estela de interés, bien entre los oyentes, bien -y eso es mucho más importante, desde luego- en los despachos.
Tengo que reconocer que este verano he reducido bastante mi exposición a la radio, he girado deliberadamente, mi punto de interés, en favor de los libros y la radio ha pasado a un segundo plano. A pesar de mi actitud evasiva, justificada por mi necesidad vital de oxigenarme un poco frente a la saturación radiofónica con que todo lo impregno el resto del año, he podido escuchar algo, suficiente para hacerme una idea, bastante aproximada, de lo que han dado de sí las mañanas de la radio estival, y un poco de las tardes y el fin de semana.
Me ha gustado Javier Ruiz, en el segundo tramo del “Hoy por Hoy”, en la Cadena SER. Posicionarme, en iguales términos, en torno a mi paisano Aimar Bretos, no constituiría novedad, porque ya lo he hecho en numerosas ocasiones, siempre que puedo, pero no por lisonja gratuita, sino por los pasos crecientes -firmes, seguros- que está dando Aimar en ese tramo horario que abandona a partir de septiembre, para trasladarse a “Hora 25”, con Pepa Bueno.
El caso de Javier Ruiz sí constituye una novedad. Ruiz ha sido una solución de urgencia, de compromiso, porque Toni Garrido terminaba su contrato con su productora, Animal Maker, y no renovaba en septiembre, lo que invalidaba de facto y de iure la solución de Pablo García Batista, que tanto me atrajo -y así lo subrayé- en los dos veranos anteriores. Y tampoco tenía sentido que entrara el nuevo equipo de Àngels Barceló, que hereda el “Hoy por hoy” en septiembre, con Pedro Blanco de segundo. Así que, ni para ti, ni para mí: solución salomónica: Javier Ruiz.
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Javier Ruiz junto a Juan Habichuela y su hijo Josemi Carmona (Fotografía CadenaSER.com) |
Pero, y vuelvo a hacer hincapié en la cantera, la decisión de Daniel Gavela, director general repetidor, viejo catedrático de la radio amarilla, no era ni gratuita ni infundada. Al contrario, ha sido un experimento. Y ha salido muy bien. Con matices. Ruiz tenía el compromiso, y es un gran peso, lo aseguro, de responder ante el reto del “Hoy por Hoy”, y de situarse en el escaparate de la valoración de sus jefes. Por tanto, presión. Y no es agradable trabajar en estas condiciones, como sí tuvo que hacerlo Toni Garrido, que se despidió con su mejor EGM (¡qué paradojas!). Pero, a diferencia de Toni, el EGM, en verano, no funciona, descansa; con lo que la única presión (que no es poca tampoco) es la de los directivos de la cadena y, en el caso de Ruiz lo confirmo, su propio prurito profesional, muy autoexigente.
Seguramente, éste era el “Hoy por Hoy” que podía hacer Javier Ruiz y que realizó con brillantez. Pero no logró quitarse de encima su corsé informativo, el mismo al que tuvo que hacer frente Iñaki Gabilondo en sus comienzos en el mismo programa
Desde que Iñaki Gabilondo asumió el ‘Hoy por Hoy’, en 1986, sucediendo a otro experimento anterior también de grandes audiencias, “Onda Media, Aquí la SER”, en el que, aparte del donostiarra, copresentaban Joaquín Prat y Pepe Domingo Castaño, la inspiración del puesto de presentador del programa de la mañana cambió radicalmente de registro. En realidad, desde que Prisa puso sus pies en Gran Vía 32, la sede de la Sociedad Española de Radiodifusión, que Jesús de Polanco compró a finales de los 80.
La radio española no conoció la libertad informativa hasta el 25 de octubre de 1977, en que se suprimió la obligatoriedad de conectar con RNE. Aunque la SER que dirigía el ingeniero Eugenio Fontán había intentado burlar a la censura por todos los medios, no sin dejar cadáveres por el camino, a modo de desagravios al Régimen, como el de Manuel Martín Ferrand, por ejemplo, lo cierto es que el éxito de la SER del período franquista se basó en el entretenimiento. Antonio Calderón, el profeta de la radio de aquellos años, ya supo atisbar sin embargo que en el futuro la información tendría mucho más protagonismo que todo aquello que la televisión empezó a robar a la radio, y ésta se dejó: los concursos, las telenovelas, los dramáticos en general.
El cambio al “Hoy por Hoy”, y la posibilidad de contar con un profesional de la talla de Iñaki Gabilondo, supuso una apuesta por el criterio periodístico, adaptado a la nueva radio de los 80, que ha pervivido hasta nuestros días y que se basa en los Servicios Informativos como columna vertebral de toda la parrilla. Los programas, por tanto, servían para “rellenar” los huecos que dejaba la información. Esta frase, sin duda caustica, la pronunciaron muchos locutores de la época, que se vieron desbancados literalmente por la llegada de los periodistas, como he comentado en post anteriores. Son muy conocidos los enfrentamientos, algunos airados, que mantuvieron profesionales como Joaquín Prat con los recién llegados periodistas, los advenedizos, que no sabían ni siquiera hablar ante el micrófono.
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Feliz reencuentro el que posibilitó este verano Javier Ruiz fichando a su tocayo Javier Gallego, de 'Carne Cruda' (Fotografía CadenaSER.com) |
Frente a la SER, la radio que representaba el gran competidor de Gabilondo, Luis del Olmo, se basaba en el concepto clásico del ‘entretenimiento’, alejado de una posición preponderante de la información. Así, el donostiarra, en la SER, se centró en presentar sus contenidos, siempre, con un tamiz permanentemente informativo, a diferencia del ponferradino, cuyas carencias estaban, precisamente, en el área de la información. De ahí esa frase reiterada por Iñaki Gabilondo: “reír en antena me costó veinte años”.
¿A dónde quiero ir a parar? A Javier Ruiz. El actual jefe de economía de los Servicios Informativos de la SER, es un periodista de prestigio, sólido, y creíble. Una imagen que se ha trabajado a lo largo de los años, y que tiene una orientación heredada, justamente, de Iñaki Gabilondo, con el que trabajó como redactor base en el “Hoy por Hoy”, en sus comienzos, a mediados de los 90. Como dijo José Antonio Marcos, el editor de “Hora 14” de la SER, en la Gala de los 90 años de vida de Radio Madrid, “los periodistas de radio en España se subdividen entre los que han trabajado con Iñaki y los que no han trabajado con él”. Y Javier Ruiz, como tantos otros, trabajamos con Iñaki. Y esto marca.![]() |
Pedro J. Ramírez, director del digital "El Español" sentado en un estudio de la Cadena SER, algo que logró Javier Ruiz este verano al hacerle 'Jefe de Redacción' del "Hoy por Hoy". Hacía 30 años que no pisaba la SER (Fotografía CadenaSER.com) |
El trabajo de Javier Ruiz al frente de las dos últimas horas del “Hoy por Hoy” de este verano nunca ha tenido, en tono, tanta continuidad con el tramo informativo. No ocurrió así ni con Gemma Nierga, ni con Toni Garrido, que tuvieron que diferenciarse claramente. Ruiz seguía en la misma línea de Aimar Bretos, potenciando la actualidad, y buceando en ella. Con maestría, no cabe duda, pero en tono informativo. La figura del “jefe de redacción”, un invitado diferente cada día que ejercía la autoritas en el análisis de la realidad, que creo un acierto por lo que aportaban, profundizaba también no solo en el tono señalado, sino también, incluso, en la terminología periodística (jefe de redacción). Llevar a la SER a Pedro J. Ramírez, azote de Prisa en otras batallas, fue un ejercicio de libertad, y de contraste ideológico. La evolución, al trabajar en la radio, el medio más cálido de todos cuantos existen, te conduce irremisiblemente a ser menos periodista y más persona. Y a aprovechar todos los registros que encajan como un guante en este medio tan maravilloso y sugerente, que impone sus códigos
Seguramente, éste era el “Hoy por Hoy” que podía hacer Javier Ruiz y que, insisto, realizó con brillantez. Pero no logró quitarse de encima su corsé informativo, el mismo al que tuvo que hacer frente Iñaki en sus comienzos en el mismo programa. La evolución lógica por otra parte a la que nos debe llevar trabajar en radio, sin querer traicionar la credibilidad y el rigor que debemos proyectar entre la audiencia, nos obliga a trabajar, y a entrenar, nuestras emociones, y hacerlas compatibles con nuestro trabajo. Es lo que se conoce popularmente como “los dos tonos necesarios para presentar un programa de radio: el informativo y el del magacine”. Pero es mucho más que esto. Es, en realidad, la vida misma: uno no puede ejercer constantemente el rol de la solemnidad. Si nos referimos de nuevo a Iñaki Gabilondo, no creo que nadie pueda definirle como “la alegría de la huerta”, porque nunca lo fue. Y puedo dar fe de la gracia innata que tiene, como todos los Gabilondo que conozco, a la hora de manifestar su vena humorística, pero no ante el micrófono. Carlos Herrera es su contrario, en este sentido. Esa vena está presente, a menudo, también cuando aborda la información (la fregoneta, leuros, etc.), sin complejos. Sin prejuicios.
La entrevista que mereció en el “Hoy por Hoy” el músico Josemi Carmona, y su padre, el cantaor y guitarrista de flamenco, Juan Habichuela, fue, asimismo, una entrevista en tono informativo. No solo lo fue por preguntar a Carmona sobre la violencia de género o el racismo latente con la etnia gitana, aplicando el rasero que impregna todo este “Hoy por Hoy” estival, a lo que el miembro de Ketama respondió que al final no hay racismo, sino que todo depende “del dinero que tengas”; sino por el tono empleado en la entrevista. La evolución, al trabajar en la radio, el medio más cálido de todos cuantos existen, te conduce irremisiblemente a ser menos periodista y más persona. Y a aprovechar todos los registros que encajan como un guante en este medio tan maravilloso y sugerente, que impone sus códigos.
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Javier Ruiz con otra 'Jefa de redacción' del "Hoy por Hoy" estival: la periodista Olga Rodríguez, exCadena SER también (Fotografía CadenaSER.com) |
Javier Ruiz ha heredado de Iñaki la preocupación por el rigor del dato contrastado. Posee muy buena presencia en antena. Y, como el donostiarra en sus comienzos, está en período de formación, en lo que al magacine se refiere, porque no había tenido la oportunidad de enfrentarse a una situación como ésta. Sufre la influencia de un supuesto filtro que le impide superar la barrera de sí mismo en antena: la que él mismo se impone. Y sé de lo que hablo. Porque yo también nací a la radio desde la información, y el yugo hierático oculto en no se sabe dónde, se empeña en mutilar parte de tu personalidad, que debe seguir quedando resguardada en pos de la imagen de un periodista riguroso. Hay que recordar otra frase de Gabilondo: “no confundir el rigor en la radio con el rigor mortis”. Y no estoy diciendo, con esta cita, que lo haya habido en el “Hoy por Hoy” de Javier Ruiz. Yo, al menos, no lo he percibido. Pero sí subrayar la necesidad de relajar los contenidos.
Seguramente, éste era el “Hoy por Hoy” que podía hacer Javier Ruiz y que, insisto, realizó con brillantez. Pero no logró quitarse de encima su corsé informativo, el mismo al que tuvo que hacer frente Iñaki en sus comienzos en el mismo programa
El verano es una época que pide más relajo, pide que el reloj avance más lentamente, degustando cada minuto de vida que nos regala. La radio, reflejo de esa misma vida, debe acompasarse con él, relajar también sus contenidos, sin necesidad de vulgarizarlos o prostituirlos, nunca defendería el otro extremo. En el equilibrio está casi siempre el acierto. En algunos momentos, sobre todo de 10:00 a 11:00 horas, los contenidos del “Hoy por Hoy” resultaban densos, en comparación con la competencia, si hacíamos un poco de zaping. Y, después de cuatro horas de información, creo que hay que cambiar de gafas para ver la realidad.
En definitiva, Joaquín Prat tenía parte de razón al enfrentarse a aquellos pipiolos que terminaron por expulsarle del Templo de la radio, y que atendían a la condición de periodistas. La radio exige mucho: hay cuestiones técnicas (vocalización, nivel de lectura, presencia en antena, proyección de voz, etc. que los locutores profesionales lo bordan); hay cuestiones profesionales (la responsabilidad de hablar ante el micrófono, la querencia por el rigor, el respeto sepulcral al oyente, etc.) y hay cuestiones humanas, de simpatía, y también de empatía. El oyente termina conociendo a quien le habla, y solo puede pertenecer a ‘su familia’, si se desnuda en la antena, sin pretenderlo. Hagamos el ejercicio de retratar a quien nos habla: ¿sabemos quiénes son, qué hacen, cómo piensan, qué comen, qué familia tienen, Herrera, Alsina, Menéndez, Pepa Fernández, Javier del Pino, Ángel Expósito, Francino, Pepa Bueno, Julia Otero, Àngels Barceló…?
Mostrarse en la antena de la radio tal y como uno es realmente, sin filtros, es el proceso más difícil al que un profesional se enfrenta en toda su carrera. Y, sin embargo, es posible lograrlo. Hay ejemplos entre los nombres citados, no todos.