“Siempre cocino con la radio puesta”
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Andrés, permanente sonrisa en la boca |
-¿Cómo definirías tu relación biográfica con la radio?
-La radio siempre ha estado presente en mi vida, aunque mi momento de gloria en las ondas llega de la mano de Alberto Granados. Él es quien me llama para poner música en su programa “A Vivir que son dos días Madrid”, en la Cadena SER, en el que he estado participando hasta que me he venido a vivir a Panamá. Ha sido una experiencia muy bonita, sin duda. Sin embargo, mi primer recuerdo de radio está ligado a Asturias, la tierra de mi madre. Allí estuve participando, cuando solo tenía 12 añitos, en un programa de radiofórmula de esos en los que los enamorados se dedicaban canciones. La emisora se llamaba Radio Caracol, o algo así. Hace tantos años que ni me acuerdo.
Mi infancia son recuerdos de…
Mi infancia son recuerdos de…
una radio sonando de fondo.
-¿Conservas recuerdos relacionados con la radio en tu casa?
-Desde luego. El transistor sonando en casa de mis padres por la mañana es uno de esos recuerdos que me acompañará siempre. La radio es parte de la vida cotidiana de las familias. El compañero invisible que siempre estaba ahí, regalándonos sorpresas, músicas. La llamada de los boletines de noticias, las señales horarias, los domingos de quiniela, el Carrusel Deportivo, la radio sonando en el coche… La radio es parte de mi educación sentimental, qué duda cabe. Cuando los primeros walkman llegaron a España, me encantaba grabarme la música que programaba Ramón Trecet en el mítico “Diálogos 3” . Y en mi recuerdos radiofónicos siempre estarán locutores legendarios como Cifu y su “Jazz porque sí”, el desaparecido Joaquín Luqui y su “Tres, dos o uno, tú y yo lo sabíamos”, el Jesús Ordovásde “Esto no es Hawai” y de “Diario Pop”, Diego Manrique desde “El ambigú”, el fascinante “Plásticos y Decibelios” de Julián Ruiz, o el enorme “Discópolis” de José Miguel López.
-¿Qué escucha, habitualmente, Andrés Madrigal cuando pone la radio?
-Música, sobre todo. No me gusta escuchar las noticias en la radio, prefiero las entrevistas, los magazines… pero las noticias no. Me gustan las entrevistas, la radio divulgativa, la radio fresca.
-¿A través de qué dispositivos, analógicos o digitales, escuchas la radio?
-Hoy por hoy, cada vez es más raro ver a alguien con un aparato de radio encendido. Yo suelo escuchar la radio en el coche y en el ordenador.
-¿Te bajas programas en podcast al iPad o Smartphone…?
-No. Si escucho la radio en el ordenador, siempre lo hago online. No me apaño con los podcasts, ya tengo suficiente con tener ordenada la música que descargo del Itunes.
-¿Cocinas con la radio puesta?
-Siempre.
-¿Qué programa te gustaría escuchar en la radio, que no has encontrado todavía?
-¡Uno hecho por mí! También me gustaría poder escuchar una radio más viva y libre, menos esclava de la publicidad
La radio y la cocina comparten el trabajo por el placer ajeno
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Autoría doble de Andrés Madrigal: plato y fotografía |
-Sí, Gorka. Al igual que cuando cocinas, cuando haces radio nadie te ve. Elaboras un producto en el que pones tu alma y tu empeño, pero lo haces en la sombra, un poco en secreto, sin que nadie se inmiscuya. Una vez terminado el plato o el programa, la recompensa llega en forma de las sonrisas de satisfacción del que ha degustado tu trabajo. Para mí, esa es la gran analogía entre cocinar y hacer radio. Los profesionales que nos dedicamos a ello trabajamos con una materia prima preciosa: el placer ajeno. Nuestra misión es conseguir hacer felices a aquellos que nos eligen. Lo efímero del resultado es lo que nos engancha. Necesitamos seguir haciendo lo que nos gusta para vivir. Y lo que nos gusta es que lo que hacemos les guste a nuestros oyentes y deleite a nuestros comensales.
Continúa...