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“Buenos días, soy 'Don Pollo'” ¡Encantado!

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Un homenaje a Luis Arribas Castro

 Firmado por Álex Salgado

 Es la tercera vez que intento escribir este artículo en la mañana de hoy, pero siempre termino atascado en las mismas deliberaciones. Finalmente me dejaré de formalismos, datos de relleno y demás referencias de enciclopedia barata.

Luis Arribas Castro,
un referente de la radio catalana
Cuando uno habla de los maestros de la radio española, ésos que por desgracia quedan en el olvido para la gran masa, sin estatuas, ni parques conmemorativos, siempre recurrimos a los mismos nombres: Soler Serrano, Deglané, Pecker, Barcelona, Gallo...

Vivimos en un país que no tiene memoria histórica para los comunicadores y donde los pioneros son los primeros en ser olvidados.

Llevo dos décadas haciendo radio, trabajando sin guión, improvisando hasta la última pregunta y probando los derroteros más alocados. Intento ser más artista que periodista pero por mucho que me esfuerzo no logro igualar el día menos inspirado del gran maestro de la radio en nuestro país: Luis Arribas Castro.

Un genio, un torrente creativo asociado a la marca que le patrocinaba y creador de catchphrases para la posteridad. Treinta y siete años de carrera profesional donde demostró estar enfermo de radio motivo por el cual permaneció delante de un micrófono hasta el final de sus días.

Una leyenda que se forjó a base
de mucho trabajo invertido en un
oficio maravilloso
De origen humilde, solía poner un ladrillo debajo de su micrófono. Era su manera de seguir con los pies pegados al suelo. No importaba el tamaño de la emisora, Luis regalaba macetas en Radio Hospitalet en los años noventa con la misma energía que utilizaba en Cadena Catalana durante la década de los setenta: lo importante era comunicar.

Hizo radio, coqueteó con la televisión, pintó cuadros y hasta fue promotor de grupos de moda como el Dúo Dinámico.

Arribas Castro, gritaba, gesticulaba, se indignaba, ignoraba al invitado para charlar con los oyentes. Él inventó el tono en la radio, cambió el lenguaje delante de la espumilla y revolucionó la comunicación.

Entre sus invitados, unos cuantos desconocidos que posiblemente no les sonarán de nada, como un tal Frank Sinatra.

Se podía escuchar cómo pasaba los folios de la pauta y encendía los cigarros en antena sin importar que estuviera mal visto. Seguramente ahora sería inviable que alguien con sus modales profesionales lograra matricularse en la facultad de periodismo.

Don Pollo jugaba con los silencios y los remataba con un grito, incluso en una ocasión logró evitar un suicidio por antena.

Tres maestros: Ramón Pellín, Joaquín Soler
Serrano y Luis Arribas Castro, ¡cuánto talento
reunido en torno a una mesa!
Carlos Herrera fue un alumno aventajado de Don Pollo y asistía como público al estudio de radio, para aprender en directo los trucos de todo un maestro. No cabe duda que tomó buena nota.

-“La ciudad es un millón de cosas...” 

...Decía Don Pollo. Tanto le gustaba esa frase, que la incluyó en su esquela. Conocedor de su cercana muerte, Arribas Castro dejó escrita una original invitación para que sus seres queridos se despidieran de él.

Luis no está en el cielo, prefiero pensar que reside en el infierno donde comparte cigarrillos con Pepe Rubianes, mientras se ríen de la paupérrima radio que actualmente se hace en nuestro país. Carente de riesgo ante los micrófonos.

De carácter bohemio, sin apego alguno al dinero, nos dejó huérfanos con apenas setenta años.

Luis Arribas Castro, pensando en radio
Ahora la comunicación es un lugar aburrido, donde la gente solo quiere ser famosa y participar en algún concurso de moda. ¿Dónde está la vocación, la locura, la improvisación, el amor desmesurado por contar cosas?

La figura de Don Pollo, al igual que toda una generación de padres fundadores, debe ser reivindicada, estudiada y sobre todo homenajeada. Por desgracia esto es España…


Álex Salgado, el autor
Si Barcelona fuera la capital de Estados Unidos, Arribas Castro tendría un teatro con su nombre y hasta un día conmemorativo en el calendario.

Me gusta pensar que si Arribas Castro siguiera vivo se dedicaría a la radio on-line, refugio de las ideas más peregrinas y los formatos más arriesgados.

-Llámame y te regalo una maceta”. 

-¡Encantado!

NOTA NECROLÓGICA de "La Vanguardia".

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