Quantcast
Channel: GORKA ZUMETA - Consultor y Formador
Viewing all articles
Browse latest Browse all 5683

¿Digitalización? ¿Qué digitalización? Por Javier Sánchez

$
0
0
Miembro del Comité de Radio de la Unión Europea de Radiodifusión (UER) 

¿Para qué 5G en radio? 

  • "La radio tiene que hacer muy bien todo aquello que históricamente ha demostrado que sabe hacer muy bien. Esto incluye al podcast, que no es novedad en absoluto. Pero, además, y al mismo tiempo, tiene que comenzar a evolucionar sin perder su identidad"

La radio española, al contrario que en muchos países del entorno europeo, tiene su reloj tecnológico atrasado y adolece de una estrategia clara para afrontar su futuro con garantías. Llama la atención que no esté incluida en la componente “España, Hub Audiovisual de Europa” del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, presentado por el Gobierno de España ante Bruselas, destinada a la dinamización de la inversión y desarrollo del sector audiovisual. Y veremos si existen manifestaciones de interés en la consulta pública efectuada sobre el mencionado Hub.

El 5G, ¿la panacea?
La inacción, la desidia y las actuaciones en dirección contraria al sentido del avance han degradado la evolución tecnológica de la radio en España. Y sí, hablamos explícitamente de evolución tecnológica y no simplemente de digitalización porque muchos elementos de la cadena de valor de la radio ya son digitales desde hace más de una década. A pesar de ello, se observa cómo la percepción general con respecto a su supuesto grado de “digitalización” es favorable. Da igual que se trate de falacias, obviedades o lugares comunes. O que se exhiban supuestos logros imaginarios. Todo vale y no tiene consecuencias negativas.
"Ningún radiodifusor en el mundo ha manifestado su voluntad de llevar todo a 5G Broadcast y ningún operador de internet del mundo ha manifestado su voluntad de abrir esa línea de negocio. Porque no hay ni use case ni business case"

“Crisis? What crisis?” es un álbum de Supertramp en cuya portada se puede observar la absurda imagen de un hombre tomando el sol al lado de una gran fábrica humeante de un suburbio industrial, como viva encarnación de la molicie. Pues bien. Lo que se cuenta de la digitalización de la radio en España es, en la inmensa mayoría de las ocasiones, tan absurdo como esta escena.

¿Digitalización? ¿Qué digitalización?¿O es que acaso vamos a ponernos ahora a digitalizar lo que ya es digital, es decir, la radio online, el podcast, las redes sociales o las plataformas de internet? ¿También debemos apagar la FM porque “ya nadie escucha ya la radio” o “mis hijos no la oyen”? O, de paso, ¿por qué no cerramos todas las emisoras de radio y nos centramos tan sólo en hacer podcast para publicarlos en plataformas de terceros? Y, sobre todo, ¿qué estamos haciendo que no tenemos ya todo en 5G? Porque para el 5G sí que hay un objetivo claro en el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia: alcanzar una cobertura del cien por cien de la población en 2025 con una inversión pública de 4.000 millones de euros.

Seamos serios. Mientras que hablar de radio digital en Europa significa hablar de DAB+ como sustituto natural de la FM, en España la “radio digital” es una radio online, redes sociales y un “podcast” que mayoritariamente no es podcast, sino catch-up procedente de parrilla, salvo en el caso de los podcasts nativos. Pero la radio online, el podcast, el catch-up, las redes sociales o las plataformas de internet ya son digitales y, por lo tanto, es un disparate hablar sobre digitalizar lo que ya es digital. Lo que hay que hacer es evolucionar tecnológicamente dentro de la propia digitalización. Y no todo vale.

Cualquier plataforma puede llegar a retirar contenidos de una cadena de radio unilateralmente y de manera injustificada. Por ejemplo, recientemente se descubrió que un algoritmo de Spotify eliminaba ciertos programas musicales de RNE por temas de derechos de autor -aun cuando estos ya los liquida RTVE a las entidades de gestión- y la propia Spotify declaró inicialmente que no sabía cómo solucionarlo

Según el Marco General de los Medios en España 2021 publicado por la AIMC, la penetración de la radio analógica en España es de un 82,75 por ciento sobre el total del consumo de radio y, además, con clara preponderancia del consumo de radio lineal. Por ello, el primer pilar de digitalización de la radio consiste en migrar de FM a DAB+ tal y como se está haciendo en Europa, de igual modo que se migró de televisión analógica a TDT. Y ese informe también indica que el podcast tan sólo tiene una penetración del 1,5 por ciento en la población española, con un crecimiento lento referido al total de la población. Por tanto, considerar categóricamente al podcast como el futuro de la radio carece totalmente de fundamento. A lo sumo, podemos declarar nuestro agnosticismo al respecto.

Pero mientras la radio española permanece sentada esperando a que llegue ese futuro en forma de 5G, 6G o de lo que sea, como se espera la llegada de un profeta o de la primavera, si alguien cree que estamos en el buen camino de esa “digitalización” contando únicamente con la emisión lineal por FM y online se equivoca. Porque ningún radiodifusor en el mundo ha manifestado su voluntad de llevar todo a 5G Broadcast (véase ETSI TS 103 720 “5G Broadcast System for linear TV and radio services; LTE-based 5G terrestrial broadcast system”) y ningún operador de internet del mundo ha manifestado su voluntad de abrir esa línea de negocio. Porque no hay ni use case ni business case.

¿Para qué 5G en radio? ¿Para escuchar audio en recepción fija o en movilidad? ¿O para ofrecer, también, en recepción fija o en movilidad, imagen de vídeo (en la mayoría de ocasiones, grabado y cortado) desde plataformas, apps o redes sociales y poder verlo en un dispositivo con pantalla de visualización? ¿O para manejar las redes sociales? ¿Es que acaso no se lleva ofreciendo todo esto desde hace mucho tiempo sin 5G?

Porque no es cuestión de aplicar la última tecnología por aplicarla, sin ni siquiera pensar si aportará algo sobre lo ya existente, si satisface realmente las necesidades de la radio o, peor aún, si llegará a existir un marco regulatorio que lo ampare. De lo que se trata es de aplicar las tecnologías más adecuadas en cada parte de la cadena de valor respondiendo a casos de uso reales, introduciendo todas aquellas que resulten novedosas, eficientes, efectivas, económicamente viables. Y en la parte del ciudadano, respondiendo a los hábitos de consumo de cada dispositivo que utilice.

La radio tiene que seguir luchando por su presencia en los automóviles, ahora con la DAB obligatoria

Por ejemplo, y sin ir más lejos, pensemos en la escucha en automóviles y en el parque automovilístico existente. Si alguien decidiese apagar ahora mismo la FM pensando que la audiencia puede pasar a escuchar la radio utilizando datos de internet en movilidad, estaría liquidando a la radio. Pero eso no significa que no se haya evolucionado. De hecho, todos los coches que se comercializan en Europa desde diciembre de 2020 ya incorporan receptor de DAB+ de serie, en consonancia con el desarrollo que está teniendo el DAB+. Ahora bien, aun asumiendo que hubiese una oferta suficiente de emisoras en DAB+ con una cobertura muy elevada, el que los coches dispongan del receptor no significa nada. El interfaz que lo maneja ha de ser muy usable y la información que se presenta en las pantallas ha de ser atractiva. No en vano, su introducción se está llevando a cabo de manera conjunta con un buen complemento: la radio híbrida RadioDNS. 

"La radio online, el podcast, el catch-up, las redes sociales o las plataformas de internet ya son digitales y, por lo tanto, es un disparate hablar sobre digitalizar lo que ya es digital. Lo que hay que hacer es evolucionar tecnológicamente dentro de la propia digitalización. Y no todo vale"
Además, teniendo en cuenta que el sistema operativo Android Auto es a los coches como Android lo fue a los smartphones hace una década, tiene todo el sentido del mundo lograr implantar en los coches que se comercialicen una plataforma controlada por la radio europea. Hay que asegurar que la radio sigue siendo relevante en los automóviles en el futuro, puesto que en los vehículos nuevos ha desaparecido el acceso directo que existía a la radio en el salpicadero desde los albores de la automoción. Además, en los actuales sistemas multimedia embarcados se está relegando a la radio a un segundo o tercer plano.

Y ya que hablamos de plataformas, conviene recordar algo muy básico con respecto a todas aquellas de terceros. Cualquiera de ellas puede llegar a retirar contenidos de una cadena de radio unilateralmente y de manera injustificada. Por ejemplo, recientemente se descubrió que un algoritmo de Spotify eliminaba ciertos programas musicalesde RNE por temas de derechos de autor -aun cuando estos ya los liquida RTVE a las entidades de gestión- y la propia Spotify declaró inicialmente que no sabía cómo solucionarlo. De igual modo, las plataformas también pueden insertar publicidad en los contenidos de radio, lo cual no es precisamente motivo de alegría para los anunciantes de las cadenas que tienen publicidad ni para aquellas que lo tienen prohibido por ley. Los insertos se hacen a veces incluso interrumpiendo o mutilando el contenido radiofónico. Las plataformas de terceros en manos de gigantes tecnológicos tienen presupuesto y capacidad para devorar a la radio a medio-largo plazo, por lo que la colaboración con ellos debe materializarse en términos en los que la radio no salga perjudicada.

Javier Sánchez

En cualquier caso, por mucho que se consigan avances notables en el plano de evolución tecnológica para adecuarnos a los hábitos de consumo de los ciudadanos a través de los dispositivos o sistemas, tanto actuales como futuros, no debemos olvidar dos aspectos absolutamente prioritarios: los contenidos y su promoción. Porque el contenido sigue siendo el rey y la evolución tecnológica de la radio tiene que venir necesariamente acompañada de unos contenidos enriquecidos que atraigan y fidelicen a la audiencia, así como de su promoción a través de todos los medios posibles para animar a descubrirlos y a consumirlos. Con parrillas estructuradas y coherentes. Y aunque el consumo bajo demanda de podcast o de la “Radio Martini” (“donde estés y a la hora que estés”) está muy bien, el consumo lineal de radio es lo que justifica realmente la existencia de la radio. Los podcasts los pueden hacer la radio y otros. La radio sólo la puede hacer la radio.

Estamos en un momento crucial. La radio tiene que hacer muy bien todo aquello que históricamente ha demostrado que sabe hacer muy bien. Ello incluye al podcast, que no es novedad en absoluto. Pero, además, y al mismo tiempo, tiene que comenzar a evolucionar sin perder su identidad. En un contexto presidido por la economía de la atención en el que cada vez existen más competidores para captar la atención que una persona dedica al consumo audiovisual en todo tipo de dispositivos. Ese es el verdadero reto. Y la ventana temporal se estrecha.


Viewing all articles
Browse latest Browse all 5683

Trending Articles