- "La radio tiene que hacer muy bien todo aquello que históricamente ha demostrado que sabe hacer muy bien. Esto incluye al podcast, que no es novedad en absoluto. Pero, además, y al mismo tiempo, tiene que comenzar a evolucionar sin perder su identidad"
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El 5G, ¿la panacea? |
"Ningún radiodifusor en el mundo ha manifestado su voluntad de llevar todo a 5G Broadcast y ningún operador de internet del mundo ha manifestado su voluntad de abrir esa línea de negocio. Porque no hay ni use case ni business case"
“Crisis? What crisis?” es un álbum de Supertramp en cuya portada se puede observar la absurda imagen de un hombre tomando el sol al lado de una gran fábrica humeante de un suburbio industrial, como viva encarnación de la molicie. Pues bien. Lo que se cuenta de la digitalización de la radio en España es, en la inmensa mayoría de las ocasiones, tan absurdo como esta escena.
¿Digitalización? ¿Qué digitalización?¿O es que acaso vamos a ponernos ahora a digitalizar lo que ya es digital, es decir, la radio online, el podcast, las redes sociales o las plataformas de internet? ¿También debemos apagar la FM porque “ya nadie escucha ya la radio” o “mis hijos no la oyen”? O, de paso, ¿por qué no cerramos todas las emisoras de radio y nos centramos tan sólo en hacer podcast para publicarlos en plataformas de terceros? Y, sobre todo, ¿qué estamos haciendo que no tenemos ya todo en 5G? Porque para el 5G sí que hay un objetivo claro en el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia: alcanzar una cobertura del cien por cien de la población en 2025 con una inversión pública de 4.000 millones de euros.
Seamos serios. Mientras que hablar de radio digital en Europa significa hablar de DAB+ como sustituto natural de la FM, en España la “radio digital” es una radio online, redes sociales y un “podcast” que mayoritariamente no es podcast, sino catch-up procedente de parrilla, salvo en el caso de los podcasts nativos. Pero la radio online, el podcast, el catch-up, las redes sociales o las plataformas de internet ya son digitales y, por lo tanto, es un disparate hablar sobre digitalizar lo que ya es digital. Lo que hay que hacer es evolucionar tecnológicamente dentro de la propia digitalización. Y no todo vale.
Cualquier plataforma puede llegar a retirar contenidos de una cadena de radio unilateralmente y de manera injustificada. Por ejemplo, recientemente se descubrió que un algoritmo de Spotify eliminaba ciertos programas musicales de RNE por temas de derechos de autor -aun cuando estos ya los liquida RTVE a las entidades de gestión- y la propia Spotify declaró inicialmente que no sabía cómo solucionarlo
Según el Marco General de los Medios en España 2021 publicado por la AIMC, la penetración de la radio analógica en España es de un 82,75 por ciento sobre el total del consumo de radio y, además, con clara preponderancia del consumo de radio lineal. Por ello, el primer pilar de digitalización de la radio consiste en migrar de FM a DAB+ tal y como se está haciendo en Europa, de igual modo que se migró de televisión analógica a TDT. Y ese informe también indica que el podcast tan sólo tiene una penetración del 1,5 por ciento en la población española, con un crecimiento lento referido al total de la población. Por tanto, considerar categóricamente al podcast como el futuro de la radio carece totalmente de fundamento. A lo sumo, podemos declarar nuestro agnosticismo al respecto.
Pero mientras la radio española permanece sentada esperando a que llegue ese futuro en forma de 5G, 6G o de lo que sea, como se espera la llegada de un profeta o de la primavera, si alguien cree que estamos en el buen camino de esa “digitalización” contando únicamente con la emisión lineal por FM y online se equivoca. Porque ningún radiodifusor en el mundo ha manifestado su voluntad de llevar todo a 5G Broadcast (véase ETSI TS 103 720 “5G Broadcast System for linear TV and radio services; LTE-based 5G terrestrial broadcast system”) y ningún operador de internet del mundo ha manifestado su voluntad de abrir esa línea de negocio. Porque no hay ni use case ni business case.
¿Para qué 5G en radio? ¿Para escuchar audio en recepción fija o en movilidad? ¿O para ofrecer, también, en recepción fija o en movilidad, imagen de vídeo (en la mayoría de ocasiones, grabado y cortado) desde plataformas, apps o redes sociales y poder verlo en un dispositivo con pantalla de visualización? ¿O para manejar las redes sociales? ¿Es que acaso no se lleva ofreciendo todo esto desde hace mucho tiempo sin 5G?
Porque no es cuestión de aplicar la última tecnología por aplicarla, sin ni siquiera pensar si aportará algo sobre lo ya existente, si satisface realmente las necesidades de la radio o, peor aún, si llegará a existir un marco regulatorio que lo ampare. De lo que se trata es de aplicar las tecnologías más adecuadas en cada parte de la cadena de valor respondiendo a casos de uso reales, introduciendo todas aquellas que resulten novedosas, eficientes, efectivas, económicamente viables. Y en la parte del ciudadano, respondiendo a los hábitos de consumo de cada dispositivo que utilice.
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La radio tiene que seguir luchando por su presencia en los automóviles, ahora con la DAB obligatoria |
"La radio online, el podcast, el catch-up, las redes sociales o las plataformas de internet ya son digitales y, por lo tanto, es un disparate hablar sobre digitalizar lo que ya es digital. Lo que hay que hacer es evolucionar tecnológicamente dentro de la propia digitalización. Y no todo vale"
Y ya que hablamos de plataformas, conviene recordar algo muy básico con respecto a todas aquellas de terceros. Cualquiera de ellas puede llegar a retirar contenidos de una cadena de radio unilateralmente y de manera injustificada. Por ejemplo, recientemente se descubrió que un algoritmo de Spotify eliminaba ciertos programas musicalesde RNE por temas de derechos de autor -aun cuando estos ya los liquida RTVE a las entidades de gestión- y la propia Spotify declaró inicialmente que no sabía cómo solucionarlo. De igual modo, las plataformas también pueden insertar publicidad en los contenidos de radio, lo cual no es precisamente motivo de alegría para los anunciantes de las cadenas que tienen publicidad ni para aquellas que lo tienen prohibido por ley. Los insertos se hacen a veces incluso interrumpiendo o mutilando el contenido radiofónico. Las plataformas de terceros en manos de gigantes tecnológicos tienen presupuesto y capacidad para devorar a la radio a medio-largo plazo, por lo que la colaboración con ellos debe materializarse en términos en los que la radio no salga perjudicada.
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Javier Sánchez |
Estamos en un momento crucial. La radio tiene que hacer muy bien todo aquello que históricamente ha demostrado que sabe hacer muy bien. Ello incluye al podcast, que no es novedad en absoluto. Pero, además, y al mismo tiempo, tiene que comenzar a evolucionar sin perder su identidad. En un contexto presidido por la economía de la atención en el que cada vez existen más competidores para captar la atención que una persona dedica al consumo audiovisual en todo tipo de dispositivos. Ese es el verdadero reto. Y la ventana temporal se estrecha.